Poseía una ilusión,
cuan hechizo quebrantadola fe se me perdió
tras la trágica agonía
que contrae al corazón,
por ver frustrada una pasión,
que crecía día a día...
y -de pronto- como pena desmayada,
en mis manos apretadas... se quedó.
Beatriz Zunino
FUENTE: Libro antológico de la poesía argentina - 1982 . Ed. CLAVE
Tinta: Juan Carlos Diotti
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